Historias reales: la calma que vimos al cerrar los ojos
Lucía temblaba antes de su exposición. Visualizó un faro estable sobre un mar tranquilo, respiró al ritmo de su luz giratoria y comenzó. Sus manos se calmaron, su voz se ancló, y terminó con aplausos. Hoy repite ese faro antes de cada reto.
Historias reales: la calma que vimos al cerrar los ojos
Carlos se sentía abrumado con múltiples tareas. Cerró los ojos y caminó por un bosque húmedo, escuchando hojas crujir bajo sus pies. Volvió con una sola prioridad clara en mente. Terminó su día con energía suficiente para disfrutar una cena tranquila.
Historias reales: la calma que vimos al cerrar los ojos
Ana no podía dormir tras días intensos. Visualizó una orilla tibia, contando olas que llegaban y se retiraban. En la quinta ola, su respiración se suavizó. A la octava, su mente se desenredó. ¿Qué paisaje nocturno te ayuda a descansar profundamente?
Historias reales: la calma que vimos al cerrar los ojos
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